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20-12-10

El Panafricanismo

El panafricanismo es una manifestación de solidaridad fraterna entre negros de ascendencia africana de las Antillas Británicas y de los Estados Unidos de Norteamérica que, conforme se va desarrollando, llega a considerar que los pueblos negros deben reunirse para tener un futuro de poder y gloria.

Este movimiento es en sí una ideología, que aún cuando ha tenido ya décadas de desarrollo, aún no se ha concretado cabalmente. Resulta contradictoria y aún entre sus mismos afiliados hay diferencias. Sin embargo, un elemento que puede ser resaltado de modo claro, es que rechaza toda idea de asimilación o integración al mundo del dominador.

Antecesores
Entre sus antecesores destacan Sylvester Williams, Marcus Garvey –ideólogo del sionismo negro, por el que se esperaría todos regresarían al África y constituyeron un pueblo homogéneo en la tierra prometida-, Jean Price Mars –ideólogo del panafricanismo cultural- y Burghardt Du Bois –iniciador de los congresos panafricanos que se encargó de desterrar el localismo de los negros norteamericanos, dando al panafricanismo una base más amplia-.


Congresos Panafricanos
En 1919 tuvo lugar en París el Primer Congreso Panafricano, organizado justamente por Du Bois y Blaise Diagnem, a través del cual se buscó garantizar los derechos de los indígeneas y lograr estblecer un plan de emancipación colonial. Dos años después, en 1921, se realizó el Segundo Congreso Panafricano, ahora en Londres; en 1923 el Tercero en Lisboa; en 1927 el Cuarto en Nueva York, y sólo hasta 1945 el Quinto nuevamente en Londres.

En éste, especialmente, figuraron dos individuos que habrían de ser fundamentales para la independencia de África: George Padmore, que aconsejaba que el gobierno africano debería estar en manos de los africanos y para los africanos, pensando al respecto en las minorías raciales y religiosas que desearan vivir en África con la mayoría negra, y Kwame N’Krumah, el padre de la primera emancipación africana que, impulsada por este congreso, se llevó a efecto en la colonia de Costa de Oro, por él denominada Ghana en 1957.

El nacimiento de Ghana fue un acontecimiento histórico por el que el Panafricanismo tuvo en N’Krumah (1909-1972) a uno de sus más relevantes exponentes.


a descolonización, impulsada desde el corazón de los países africanos por esta corriente panafricanista, fue acelerada cuando se celebró más tarde una segunda conferencia de países afroasiáticos, ahora en El Cairo, en 1957 con al participación de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y, más aún, cuando en Accra, la que fuera capital legendaria de Ghana, se reunieron delegados de los Estados Independientes y señalaron prioritario que se reconociera que “África era para los africanos”.

A los congresos panafricanos citados siguieron tres más:

El Sexto, en 1974, a instancias de Julius Nyerere, entonces presidente de Tanzania, que tuvo lugar en Dar es Salaam, y en el que privaron fuertes tensiones principalmente provocadas por los Panteras Negras norteamericanos, pero del que se asumió la multirracialidad de África.
El Séptimo, celebrado en 1994 en Kampala, Uganda, muy criticado por los líderes negros al haber contado con homólogos árabes del Magreb por considerar que se estaba desvirtuando el espíritu panafricanista, pero del que nació la Organización Panafricana de Liberación de Mujeres.
Y, finalmente, el Octavo, que a pesar de haber sido convocado en diversas ocasiones, no ha podido llevarse a cabo siendo 2006 la última fecha en que se intentó.
Perspectivas
Evidentemente el Panafricanismo no es un concepto cultural sino que posee connotaciones políticas y sociales ya que se refiere a un problema real. Sin embargo, aún cuando vive latente en este continente, infiltraciones comunistas y movimientos locales independentistas específicos, muchas veces hostigados por las potencias capitalistas para dividir a los pueblos entre sí, han dado paso a la estructuración de otros pensamientos derivados de él.

Y han sido éstos, los que más que relegarlo a un segundo plano, han terminado fortaleciendo e incrementando toda su riqueza interna, de tal modo que el hombre africano en la actualidad, tiene abiertas muchas posibilidades intelectuales por donde poder encauzar sus afanes de libertad y soberanía.

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hailie selassie

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